Infraestructura
Debido a su cercanía con la capital del país,
esta región indígena se encuentra bien comunicada con una serie de carreteras
pavimentadas y de terracería que unen a los distintos poblados con las cabeceras
municipales.
Se encuentran presas importantes como son las de
Villa Victoria, la Presa Browkman, El Salto y Tepetitlán que benefician a los
municipios de San Felipe del Progreso, Villa Victoria y El Oro.
Hay casetas telefónicas y de correos en las
cabeceras municipales. El servicio de radiocomunicación lo ofrecen algunas
oficinas de gobierno. La radio comercial está completamente extendida en toda la
región. El transporte público para los centros de población es bueno, tienen
servicio de taxis colectivos y líneas de autobuses.
Antecedentes históricos
No hay certeza sobre el origen del pueblo
mazahua, se dice que fue una de las cinco tribus chichimecas que migraron en el
siglo XIII; una de ellas estuvo encabezada por Mazahuatl, jefe de este grupo, al
que se considera como el más antiguo de los integrantes de las tribus fundadoras
de las ciudades de Culhuacán, Otompan y Tula, compuestas por mazahuas,
matlatzincas, tlahuicas y toltecas. Hay quien señala que los mazahuas provienen
de los acolhuas, quienes dieron origen a la provincia de Mazahuacán, actualmente
Jocotitlán, Atlacomulco e Ixtlahuaca.
Con la consolidación del poderío azteca, la
provincia de Mazahuacán quedó bajo el reino de Tlacopan. Durante la expansión
del imperio azteca, estando en el gobierno Moctezuma llhuicamina, los mazahuas
participaron en la conquista de las tierras del sur. El rey azteca Axayácatl fue
quien sometió definitivamente al grupo mazahua.
En la época de la Conquista, con la llegada de
Gonzalo de Sandoval al territorio mazahua, éstos quedaron sometidos al nuevo
régimen. Parte de su territorio quedó sujeto a encomienda como sucedió con
Atlacomulco, Almoloya de Juárez y Jocotitlán. En la mayor parte de la región,
los franciscanos tuvieron a su cargo el proceso de evangelización; los jesuitas
se establecieron sólo en Almoloya de Juárez. En esa misma época se conformaron
grandes haciendas como la de Solís en Temascalcingo, la de Tultenango en El Oro,
La Villegré en Jocotitlán y la Gavia en Almoloya de Juárez.
Durante el movimiento de Independencia, las
indígenas mazahuas participaron en las distintas batallas como por ejemplo la
del Cerro de las Cruces. Igualmente participaron en el otro gran movimiento
armado que fue la Revolución de 1910.
Lengua
La lengua mazahua se ubica en el grupo
lingüístico otomangue de donde se deriva el tronco otopame, al que pertenece la
familia otomí-mazahua. Ésta se encuentra emparentada con las lenguas otomí,
pame, matlatzinca, pirinda, ocuilteca y chichimeca.
Salud
Los mazahuas consideran que cada persona tiene un
ser material y un ser espiritual; también piensan que hay enfermedades "buenas"
y "malas"; las primeras son enviadas por Dios y, las segundas, son provocadas
por la maldad de alguna persona o por causas sobrenaturales. Entre las
enfermedades "buenas" más comunes encontramos la diarrea, la neumonía, la
bronquitis, la amigdalitis y la parasitosis intestinal; dentro de las "malas"
están el "mal de ojo", el espanto y el "mal de aire", entre otras.
De acuerdo con el diagnóstico, se inicia un
tratamiento en el hogar. Puede consistir en infusiones de té de hierbas, masajes
en la espalda, pecho o estómago. Cuando el tratamiento aplicado en casa no
funciona, el paciente es llevado con un médico profesional. En caso de que desde
un principio se diagnostique una enfermedad "mala", se acude con hierberos o
hueseros. Para ser atendidas durante el parto, las mujeres acuden con las
parteras o "comadres". Los mazahuas utilizan distintas plantas para curar sus
males, entre otras, hierbabuena, orégano, boldo, pirúl, romero, pericón, ruda,
borraja y ajenjo. Actualmente, la región cuenta con unidades médicas que se
ubican principalmente en las cabeceras municipales, o bien en las ciudades.
Vivienda
La vivienda mazahua ha sufrido cambios, se ha
dejado de utilizar el adobe y la teja y en la actualidad están construidas con
cemento, tabique o tabicón y su arquitectura es moderna. Es interesante señalar
que el 93% de las viviendas mazahuas son propias.
Artesanías
Los municipios que cuentan con una mayor
actividad artesanal son: San Felipe del Progreso, Temascalcingo, Ixtlahuaca y
Atlacomulco. En distintas localidades de la región se confeccionan cobijas,
fajas, tapetes, cojines, manteles, morrales y quexquémitl de lana. En San Felipe
del Progreso y Villa Victoria hay pequeños talleres en los que se fabrican
productos con la raíz de zacatón, como por ejemplo, escobas, escobetas y
cepillos. En Temascalcingo se producen piezas de alfarería de barro rojo y loza
de alto fuego, como cazuelas, ollas, macetas y crisoles. En Ixtlahuaca las
familias tejen, a mano o en máquina, con hilo de acrilán o lana, guantes,
bufandas, pasamontañas y suéteres. En Atlacomulco hacen sombreros de paja de
trigo. En San Felipe del Progreso hay personas que se dedican a la elaboración
de piezas de plata como arracadas, anillos, collares y pulseras; en distintas
ocasiones han recibido premios por la técnica y belleza de sus productos.
Territorio, ecología y reproducción
social
La región en la que habita el pueblo mazahua
presenta un sistema montañoso constituido por pequeñas cordilleras de mediana
altura que forman parte de la Sierra Madre Occidental y ramificaciones de la
Cordillera Neovolcánica; éstas dan origen al sistema montañoso de San Andrés que
recorre los municipios de Jocotitlán, San Felipe del Progreso, Atlacomulco y El
Oro. Encontramos también planicies escalonadas importantes para la agricultura.
El río Lerma constituye el principal caudal de esa zona; no dejan de ser
importantes el río de La Gavia, el río Las Lajas, el río Malacotepec y La
Ciénega.
Los suelos característicos son tierras negras de
poca profundidad y textura caliza-arcillosa y arenosa que son fácilmente
erosionables. Se encuentran contrastes en la región: áreas boscosas y otras
semidesérticas o con un alto grado de erosión. Algunas montañas están cubiertas
por bosques de árboles maderables. La caza furtiva y la deforestación en la
región, han originado que las especies de flora y fauna se encuentren en peligro
de extinción.
La actividad productiva tradicional es la
agricultura. El censo de 1990 nos proporciona los siguientes datos: la población
económicamente activa (PEA) alcanza el 39.3%; de ésta, el 40% se ocupa en el
sector primario, es decir, en actividades relacionadas con la agricultura,
ganadería, caza, silvicultura y pesca; el 32% en el secundario que se relaciona
con la manufactura de artesanías y el empleo en la industria de la construcción
y el 28% en actividades vinculadas al comercio y servicios.
La propiedad de la tierra puede ser ejidal,
comunal y privada. El pueblo mazahua produce principalmente maíz y, en menor
cantidad, frijol, trigo, cebada, avena y papa; en algunos municipios cultivan
chícharo, hortalizas y flores. La producción es básicamente para el autoconsumo.
La actividad pecuaria es de baja escala, no obstante constituye un apoyo
importante para la economía familiar, principalmente la cría de ganado ovino y
bovino. En algunos municipios se produce madera en rollo, raja para leña y
carbón de encino.
Las actividades productivas las realizan en forma
familiar y recurren a sus parientes más cercanos en la época de mayor trabajo en
los cultivos. Utilizan herramientas tradicionales como mulas y bueyes en las
labores agrícolas; en las mesetas y valles recurren al tractor para la
roturación, barbecho, rastra y apertura de surcos, y en algunos casos utilizan
también la sembradora.
Migración
Los lugares más importantes de atracción
migratoria para la población mazahua son las ciudades de México y Toluca. Se
considera que las causas principales de la movilidad de la población son la
falta de empleo en su lugares de origen y el hecho de que los ingresos obtenidos
en la agricultura son insuficientes para la manutención de la familia.
La población migrante está formada tanto por
hombres como por mujeres. Hay quienes migran en forma definitiva y otros que lo
hacen por temporadas. Asimismo, muchos de los pueblos mazahuas funcionan como
"pueblos-dormitorio", ya que sus habitantes acuden diariamente a laborar a otros
lugares cercanos. Los migrantes van a trabajar en las labores agrícolas en
distintos estados del país como Veracruz, Sonora, Querétaro y Jalisco.
Los hombres que acuden a las grandes ciudades
generalmente se emplean en trabajos de albañilería, como veladores o ayudantes
en alguna casa comercial o taller; las mujeres, como trabajadoras domésticas y
otras en la venta de fruta.
Organización social
La familia nuclear formada por padres e hijos,
constituye la base fundamental de la organización del grupo mazahua. Cada
miembro de la familia tiene bien definidas sus funciones, éstas dependen del
sexo, edad y lugar que ocupan en el núcleo familiar. La madre se encarga de
preparar los alimentos, del lavado de la ropa, de la limpieza del hogar y de
acarrear la leña y el agua; también se ocupan del cuidado de los animales del
traspatio. El padre se dedica a las labores agrícolas; los niños cooperan en
algunas actividades del campo, en la recolección de la leña y el pastoreo de los
animales; las niñas ayudan a la madre en los quehaceres domésticos. La máxima
autoridad dentro de la familia la ejerce el padre.
El grupo mazahua realiza el trabajo colectivo
llamado "faena", que consiste en la cooperación de los miembros de la comunidad
para la realización de obras o trabajos de beneficio colectivo como son
escuelas, mercados y caminos.
Las autoridades políticas de los mazahuas son las
derivadas del ayuntamiento constitucional, que está establecido en la
Constitución Mexicana y en la Constitución Estatal.
Cosmogonía y religión
Las características actuales de la religión de
este pueblo son una combinación de elementos católicos y prehispánicos,
sincretismo que guía algunas concepciones del grupo, como son el culto a los
muertos, la creencia en ciertas enfermedades, la vida cotidiana y la importancia
de los sueños que prevalecen en la vida mazahua.
Fiestas
Las fiestas que celebran los mazahuas pertenecen
al calendario religioso católico. En cada población se lleva a cabo la fiesta
patronal y es muy común la de San Isidro Labrador. En ésta, las comunidades
colocan en sus parcelas ramos de flores y adornan a los bueyes, mulas y burros
con collares de flores. Las festividades que son comunes a toda la región son la
de la Santa Cruz y la celebración del Día de Muertos. En la actualidad, los
cargos religiosos tradicionales como el de la mayordomía se practica cada vez
menos, principalmente entre los jóvenes; son los viejos quienes tratan de
mantenerlos. Las danzas que los mazahuas realizan con mayor frecuencia en sus
festividades son: la danza de Pastoras, danza de Santiagueros y danza de
Concheros.
Relaciones con otros pueblos
Este grupo tiene como vecinos a los otomíes con
los que mantiene relación, sobre todo de tipo comercial, pues intercambian los
productos de sus respectivas regiones.
La relación que se establece entre los mazahuas y
los mestizos se caracteriza porque estos últimos consideran inferiores a los
indígenas; es pues una relación asimétrica, ya que los mestizos tienen el
control del mercado local, son los intermediarios y los que puede dar empleo al
indígena. Entre estos dos grupos se establecen ocasionalmente relaciones de
compadrazgo, generalmente porque un mestizo apadrina a un niño indígena; no es
común que un mazahua apadrine a un niño mestizo.
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